lunes, 27 de junio de 2016

La Empatia según yo.

Cuando en los cursos o talleres que otorgo pregunto si todos entienden el concepto de empatia, mayormente contestan afirmativamente, acompañado de la frase: es ponerse en el lugar de los demás.

Al escuchar esto, pienso: Como podrían dos seres ocupar el mismo espacio en el mismo momento? La Ley de la Impenetrabilidad dicta que esto es físicamente imposible.

Yo concibo la empatia como la habilidad que tenemos los seres humanos de observar, escuchar y sentir la misma experiencia que otros, y entender que la reacción  puede ser diferente, sin que esto nos haga mejor o peor que los demás.













Optimismo e innovación; igual a una mentalidad positiva.

Aldous Huxley, filósofo y escritor ingles conocido mundialmente por su libro “Un mundo feliz”; utilizaba constantemente la frase: “La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede”.

Como enfrentamos la vida define la satisfacción que obtenemos en ella, buscar un armonía entre lo que pensamos, sentimos y hacemos; es en definitiva lo que detona nuestra capacidad para ser felices.

Stephen Covey plantea un análisis de esta situación en lo que el llamo el “Principio 90/10”; ¿Cuál es este Principio?  El 10% de la vida está relacionado con lo que te sucede... El restante 90% está determinado por lo forma en que reaccionas a eso que sucede...

¿Qué quiere decir esto?  Nosotros realmente no tenemos control sobre el 10% de lo que nos sucede.  No podemos evitar que el automóvil se descomponga, que el avión se retrase, que nos sorprenda la lluvia, que un automovilista pueda obstaculizarnos en el tráfico.  El otro 90% es diferente. Solamente tú lo determinas.  ¿Cómo?... Con tu reacción hacia cada situación que se te presenta en la vida, favorable o no.

¿Cómo podemos controlar nuestras reacciones?  La respuesta es sencilla; trabajando en nuestros hábitos.  Los hábitos son simples elecciones que hacemos en determinados momentos. Después dejamos de pensar en ellas, aunque continuamos haciendo frecuentemente lo que una vez decidimos. Curiosamente, a veces no somos capaces de recordar el razonamiento que nos llevó a tomar la decisión que generó el hábito.

Esas pequeñas elecciones no parecen importantes en sí mismas, pero el conjunto de todas ellas determinan, con el tiempo, cómo comes, cómo hablas con tus hijos, cómo gestionas tus ahorros, cómo organizas tu trabajo, si haces ejercicio o no, etc. Una infinidad de pequeños detalles que ejercen un gran impacto en todos los aspectos de tu vida, desde tu salud hasta tus relaciones, pasando por tu productividad.

Los hábitos se pueden cambiar; si eres capaz de entender cómo funcionan, podrás actuar sobre ellos con más posibilidades de éxito. Y funcionan en ciclos de tres pasos:

1) Primero se produce una señal, un detonante que avisa a tu cerebro para que seleccione el hábito correspondiente y se ponga en modo automático
2) Después se desarrolla una rutina, que puede ser mental, emocional o física.  
3) Al final hay una recompensa, que ayuda a tu cerebro a recordar ese comportamiento para el futuro.

Si pensamos en lo anterior podemos caer en cuenta que tenemos la capacidad de poder tener control sobre cómo reaccionar ante las diferentes situaciones que se nos presentan en la vida; que no es cuestión de azar si no de afán.  Esto nos da certidumbre, y la certidumbre genera una mentalidad positiva, ya que pone las cosas en nuestras manos más que en las eventualidades.

Debemos darnos cuenta que nosotros tenemos la mayoría de las variables en nuestro control si así lo decidimos, ser optimistas de poder lograr buenos resultados a través de nuestros hábitos, poniendo en marcha mejores estrategias para obtener mayores resultados es decir innovando, ya que si no seguimos buscando ser mejores cada día, nuestros resultados no variaran, y aunque ellos sean satisfactorios en este momento, pueden llegar a atraparnos en la ilusión de una zona confortable en la que llegado un futuro puede dejarnos fuera de un flujo generador de satisfacción.





Por: Sergio A, Madrigal
Estratega de Efectividad Personal